Romina Gatica: funcionaria municipal y ex nadadora valdiviana que desafió a los tiburones en la Isla de Alcatraz

Haber sido cuatro veces consecutivas Campeona Nacional de Natación en su categoría, cruzar el Canal de Chacao, hacer el cruce Niebla-Corral e incluso haber sido partícipe de una de las más icónicas competencias de nado de largo aliento en aguas rodeadas de tiburones “La Escapada de Alcatraz”, son algunos los logros deportivos que atesora nuestra colega y funcionaria del Taller Municipal Romina Gatica Méndez, quien a partir de los 9 y hasta los 18 años tuvo una destacada carrera como deportista de alto rendimiento, lo que la llevó a representar a Chile en diversas competencias nacionales e internacionales. 

Según narró Romina, su encuentro con la natación se remonta a los 4 años cuando su padre le enseñó a nadar. “Siempre viví en Las Ánimas a orilla de río, entonces para mí y mi hermano saber nadar era algo esencial por seguridad”. A los 9 años ingresó a la Escuela de Natación Mundo Marino.

“Recuerdo que mis primeras clases también fueron en el río y luego en el invierno entrenábamos en la Piscina Aqua. Entrenaba todos los días y mi primera competencia fue nadar de puente a puente en el Río Calle-Calle, donde salí segunda con 10 años. Luego nos comenzaron a invitar a competir a Chillán, a Santiago y a Valparaíso, y fue ahí donde conocí al Tiburón Contreras”.

Invitada y alentada por dicha figura de la natación chilena, Romina cruzó el Canal de Chacao. “Recuerdo que en esa travesía la dificultad eran las corrientes y el frío, más que la distancia. Nosotros no nadábamos en aguas abiertas con traje especial, sólo traje de baño, lentes y gorro”. 

En cuanto a las experiencias más extremas que vivió Romina durante su trayectoria como nadadora, señala “La Escapada de Alcatraz”, competencia que contempla un cruce desde la famosa isla hasta la Bahía de San Francisco sin botes de apoyo, donde la valdiviana se ubicó dentro de los primeros 100 nadadores de un total de 700 y trajo una medalla de plata en la categoría infantil de 15 a 17 años.

“En Alcatraz sentí miedo porque en ese lugar hay tiburones. Nadaba pensando en que en cualquier momento aparecía uno. De todas maneras, antes de ir me explicaron que eran aguas con tiburones, lo sabía, pero de todas maneras acepté viajar y participar de la prueba igual”. 

Las últimas competencias en las que Romina participó fueron durante su estancia en la Universidad de Concepción, donde compitió en representación de esta. “Lo más lindo que me dejó esa etapa de mi vida fueron muchos amigos, haber tenido la oportunidad de conocer a mucha gente, personas de otros países que incluso hasta el día de hoy tengo contacto”, concluyó la ex nadadora.  




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